En el mundo de las dietas a menudo tenemos que hacer frente a mil y un mitos, tabúes y restricciones a priori ridículas. Pero, sin embargo, la mayoría de estos elementos se perpetúan entre el «conocimiento general» aunque no sean ciertos. Uno de los ejemplos más claros en el mundo de la alimentación es el debate sobre si es negativo o no comer hidratos de carbono por la noche.
El mito dice que es lo peor que podemos hacer, ya que es «energía que no gastamos«. Y, aunque a priori pudiera tener sentido, la realidad es bien diferente. Ya que, a la hora de perder peso, lo que definirá si cumplimos o no nuestros objetivos será el balance de calorías y, más en detalle, nuestros macros. Por lo que la distribución de proteínas, hidratos de carbono y grasas será uno de los puntos clave a la hora de perder (o ganar) peso.
Los hidratos de carbono por la noche no nos harán engordar
Es decir, mientras gastemos más calorías de las que consumamos y no haya un desequilibro de macronutrientes en nuestra dieta, no importa en qué orden u horario consumamos los alimentos. Aunque sí afectará a nuestro rendimiento, tanto a nivel de deporte como de día a día. Ya que si pasamos el día sin ingerir grasas o hidratos, tendremos poca energía. Mientras que si los incluimos en nuestros desayunos y comidas tendremos un «extra» para afrontar el día.
De modo que no, consumir hidratos de carbono por la noche no es malo. Siempre que respetemos las calorías que consumimos y los macronutrientes. Por lo que no pasa nada si un día cenamos un plato de pasta o un bocadillo improvisado. De hecho, ingerir hidratos de carbono por la noche puede ser hasta beneficioso si hemos entrenado antes. Ya que recargaremos las reservas del cuerpo de forma más eficaz. Si aún así no os lo creéis, aquí podéis ver un estudio que lo demuestra.
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