No hay nada peor que un Internet lento, sobre todo si tienes que quedarte todo el día en casa. Y es que ver como los vídeos se quedan en una carga eterna o las páginas tardan varios segundos en aparecer puede ser desesperante. Sobre todo si trabajas desde casa. Sin embargo, hay una serie de cosas que podemos hacer para solucionar el problema y conseguir que nuestra conexión vuelva a ir como un tiro.
1.- Comprueba si recibes lo que pagas
Es posible que estés pagando una conexión de 60 Mbps y únicamente te lleguen 30 Mbps. Esto puede tener muchas causas, pero la mayoría son externas a ti. Desde la mala conexión que haya en tu zona hasta una instalación deficiente o, si tienes contratado ADSL, la distancia con la «central». La parte buena es que si te quejas (con razón) de que no te llega lo que debe conseguirás una de dos cosas. O bien que te lo arreglen o bien que te rebajen la factura.
¿Cómo hacer esto? Lo suyo es probar varios tests de velocidad como Speedtest o el que Google facilita al buscar «Test de Velocidad». Pero también sería conveniente que pruebes es de tu teleoperadora si tienen uno disponible. De esta forma tendrás varias mediciones diferentes que presentar como «prueba» a la hora de quejarte.
2.- Ajusta y configura el router
Si nos llega lo que debería, el problema está entre nuestros dispositivos y el router. Y para solucionar el Internet lento hay dos opciones. La primera, mover el router más cerca de nosotros para que la señal llegue con más fuerza a tu ordenador, teléfono o consola. Aunque esto no siempre es posible y no siempre nos asegura una mejora.
La segunda, y un poco más complicada, es configurar el router. Para ello necesitaremos acceder a interfaz del aparato y elegir una serie de parámetros que podrían mejorar nuestra conexión. Lo malo de esto es que es algo relativamente avanzado. Si tienes conocimientos básicos, es fácil que puedas ayudarte de Internet para configurar tu router, pero si no lo mejor es que llames a tu teleoperadora y consigas ponerte al teléfono con uno de los técnicos para que te vaya guiando paso a paso.
Cambiando de «canal» o parámetros como los DNS es fácil que consigas una señal más fuerte y una mayor velocidad a la hora de navegar y descargar cosas.
3.- No apiles los dispositivos inalámbricos
Lo más normal es que tu router esté medio escondido cerca de la toma de corriente que el instalador consideró oportuna. Pero eso tiene algún que otro problema. Ya que es muy fácil que tengas muchos otros dispositivos inalámbricos cerca de él. Dispositivos como pueden ser un teléfono inalámbrico, el sintonizador de la TV o algún electrodoméstico que genere ondas, como el microondas.
El problema de esto es que todas esas ondas pueden llegar a «molestarse» entre sí. Haciendo que tu señal llegue «de aquella manera» y resultando en un Internet lento. ¿La solución? Colocar el router lejos de otros dispositivos (o los dispositivos lejos del router) y hacer una prueba de conexión. Si las cosas mejoran, problema resuelto. Si no lo hacen, toca probar otra cosa.
4.- Vuelve a los cables
A veces no queda más remedio que renunciar a lo más cómodo y volver a lo que está probado que funciona. En este caso, los cables ethernet. Sí, esos cables amarillos muy largos y muy raros que venían en la caja del router y que no has sacado ni del plástico protector, esos. Y es que, por si no lo sabes, es la única forma de conseguir que nada interfiera con nuestra conexión.
Usando las características wireless hay mil factores que pueden influir, usando un cable, no. Así de simple. Sí, es mucho más molesto y tiene un alcance mucho más limitado, pero para todo hay soluciones. Si resulta que tu PC está en una habitación lejos del router, no pasa nada. Porque puedes hacerte con un PLC, es decir, un aparato muy práctico que se conecta a la toma de corriente y «lleva» la señal hasta otra toma. Haciendo posible conectar, por cable, un ordenador y un router que se encuentran en habitaciones diferentes.
Imágenes: Unsplash