Hay gente a la que le encantan los animales, parece que nunca tienen suficiente a la hora de estar con sus mascotas. Otros, sin embargo, no comparten su amor por lo perros.
Este análisis revela que nuestro amor por los perros es genético
Los hay que se mantienen indiferentes ante los encantos de estas mascotas y los hay que directamente no los soportan. Y, aunque se pueda pensar lo contrario, un estudio ha revelado que esto viene determinado por nuestros genes.
Así es, el Registro de Gemelos Sueco ha determinado, mediante este análisis que hay una importante carga genética en la predisposición a ser amante de los perros. Aunque no es lo único que determinará nuestro amor por los perros.
Los hermanos que no tuvieron perro en su infancia adoptaron más
Los miembros de este registro partieron de una base algo diferente. Más concretamente, de la influencia que tiene en un adulto el haberse criado con un perro. Siendo este uno de los factores determinantes a la hora de adoptar uno de estos animales.
Sin embargo, los investigadores fueron un paso más allá. Echando mano de su registro, vieron que, de entre todos los gemelos nacidos entre 1926 y 1996 un alto porcentaje de los hermanos que no crecieron en compañía de uno de estos animales sí que había adoptado uno ya siendo adulto. Aunque, y aquí viene el dato sorprendente, este porcentaje tan alto correspondía a hijos cuyos padres sí habían adoptado un perro.
Según pasa el tiempo, la carga genética gana peso
Además, otro de los datos que arrojó el estudio es que, a medida que te haces mayor, la carga genética va teniendo más relevancia que el hecho de haber tenido o no un perro en tu infancia. De modo que, quien esté predispuesto genéticamente a querer un perro, terminará adoptando uno.
De modo que, si siempre te han encantado los perros a pesar de no haber tenido nunca uno, podría ser debido a tus genes. Así que no dudes ni un minuto y adopta un nuevo amigo. Además de hacerte compañía, tener perro tiene muchos otros beneficios .
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