Lo que más sabemos del espacio es que sabemos muy poco, poquísimo. Y, aunque con cierta frecuencia descubrimos cosas nuevas, aun nos queda muchísimo por aprender. Además, al tratarse de un área tan complicada de estudiar y explorar, es muy difícil confirmar que lo que descubrimos es correcto. El más reciente de estos supuestos, por ejemplo, defiende que vivimos en una burbuja espacial.
¿Qué es una burbuja espacial?
No se trataría de una burbuja como las que conocemos, claro. Si no como una zona algo peculiar que, a falta de un nombre mejor, se ha decidido llamar burbuja espacial. Aunque en realidad se trataría de una zona con unas condiciones diferentes a las del resto del espacio conocido.
Condiciones que explicarían las diferentes medidas que se han ido haciendo a lo largo de los años de la velocidad con la que el universo aumenta de tamaño. Medidas que, pese a haber sido realizadas por métodos muy similares y válidos, acostumbran a ser diferentes.
Un área menos densa del espacio
Y es que la densidad dentro de esta burbuja espacial sería únicamente un 50% de la del exterior de la misma. Lo que explicaría las diferencias encontradas a lo largo de los años en estas mediciones. Aunque, pese a que pueda parecer extraño, no seríamos la única zona así en el universo.
Porque aunque la vía láctea, nuestra galaxia, sea la única con vida conocida, no es la única que se encontraría en una de estas «burbujas». Lo que supondría que fenómenos como las supernovas o la radiación cósmica se comportan de forma diferente en algunas zonas del universo.
Solo hemos tocado la superficie
Por supuesto, sabemos muy poco acerca de esta teoría y las implicaciones que tendría para el estudio del universo. Pero lo que sí sabemos es que, dentro de nuestra burbuja, la densidad es mucho menor que fuera de ella. Sin embargo, esto no sorprende a muchos investigadores, que ya recalcaron que, incluso dentro de nuestro propio sistema solar, ya había variaciones en la densidad del espacio.
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