Ahora mismo solo pensamos en pasar cuanto antes esta situación y volver a nuestras vidas normales, pero viajar después del Coronavirus no será del todo como hasta ahora. Y es que si algo nos ha enseñado esta pandemia es que no importa de donde seas, porque en el mundo globalizado los virus viajan casi tan rápido como la información.
Menos cercanía con los turistas
Hasta ahora, y por lo general, fueras donde fueras, si era un sitio turístico, lo más normal era que los habitantes de esa zona fueran abiertos y amables con los turistas. A partir de esta pandemia, probablemente dejen de ser tan amigables. Y ojo, porque no decimos que vayan a empezar a alejarse de nosotros, pero, desde luego, no serán tan cercanos.
No solo por la «costumbre» de distanciarnos socialmente, que también. Si no porque, simple y llanamente, no se fiarán tanto. Y nos verán más como a posibles portadores de virus que como a turistas.
¿Adiós? A los cruceros
Irse de crucero mola, mola mucho. Un barco enorme, un montón de destinos y, por lo general, barra libre. Pero a partir de ahora, lo más probable es que pierdan muchísima popularidad. Porque una cosa es pasarte unos días a bordo de un barco pasándotelo bien y otra muy diferente que te dejen «encerrado».
Vale que es muy poco probable que te toque pasar una cuarentena en un barco. Pero si por desgracia te toca, no vas a volver a subirte a uno en tu vida. Además, algunos puertos importantes podrían denegar la entrada de estos barcos cargados de pasajeros, por lo que es posible que las rutas no sean tan llamativas.
Limpio como la patena
Nadie (o casi nadie) va manchando a propósito, pero la realidad es que, cuando muchas personas pasan por un lugar, la suciedad se acumula rápido. Sin embargo, con la obsesión (con razón) por la limpieza que ha generado el coronavirus, eso va a cambiar. Y seguro que, a la hora de viajar después del Coronavirus, no vuelves a ver con los mismos ojos darle al botón de abrir las puertas en el tren.
Lo más probable es que el tener desinfectante de manos encima se convierta en la norma. Y que, aunque no te fijes mucho, veas a mucha gente lavándose las manos cada poco tiempo.
La parte buena: Precios más bajos
Sobre todo cuando comiencen a levantarse las medidas poco a poco, los precios serán bajísimos. Tanto los vuelos como los hoteles, cruceros o packs de experiencias estarán mucho más baratos que en una situación normal. Aunque luego lo más seguro es que vuelvan a subir hasta sus niveles normales (o incluso más).
Por eso, los que se atrevan a viajar los primeros serán los que más ahorren. Aunque, a cambio, seguro que se encuentran con muchas más restricciones y medidas de seguridad que los que esperen.