La cantante y actriz Jennifer López anunciaba esta semana a través de sus redes sociales, que se casa. No le han hecho falta muchas palabras, sólo una foto de su mano cogida a la de su prometido, Alex Rodríguez, luciendo un anillo con un enorme diamante.
Con la ostentosidad que caracteriza a las celebrities y lejos de mantener el secreto, los prometidos también han desvelado el coste de la piedra preciosa: un millón de dólares (al rededor de 890.000 euros).
Dejando de lado si es moral gastarse un millón de dólares en una piedra, hoy analizamos si los diamantes, como el oro, pueden ser una buena inversión. No en vano, este es el cuarto matrimonio para Jennifer López y aún no sabemos qué fue del anillo que le regaló su anterior marido, Marc Anthony, por un coste de 4 millones de dólares (ojo, Alex Rodríguez).
El caso Epstein
El periodista Edward Jay Epstein explica en su libro «Auge y Caída de los diamantes» el fenómeno de los diamantes, desde el punto de vista financiero. Lo primero que desmitifica es que las piedras de diamantes sean algo difícil de extraer y un rara avis. De hecho, Epstein llega a sostener que el diamante es un objeto tan común en los hogares de Estados Unidos como lo puede ser el televisor.
Lo que narra a continuación es una prueba empírica sobre el valor real de un diamante. Epstein se fue al conocido como distrito de los diamantes, en Nueva York. Allí adquirió un diamante por valor de 2000 dólares. Pasada una semana, se dirigió al mismo establecimiento donde había comprado la pieza para intentar venderlo. Para entonces, los joyeros sólo le ofrecieron entre 300 y 400 dólares. El diamante había perdido un 80% de su valor en sólo siete días.
Conclusión: existe tal oferta de diamantes en el mercado que un diamante de segunda mano no tiene interés. Eso sí, si hablamos de un diamante de primera mano, la foto cambia completamente.
Valor y precios
El valor y el precio de un diamante depende de varios factores. Por un lado, de la rareza que tenga la piedra. Por otro lado, de la calidad que tiene el diamante. Y no hay que olvidar el tercer factor: que alguien esté dispuesto a comprarlo.
En 2015, un magnate de Hong Kong se gastó 48.46 millones de dólares (unos 45,13 millones de euros) en un diamante para su hija de 7 años. Se trataba de una joya excepcional, el «Blue Moon». De color azul, es una pieza rectangular de 1,55 cm x 1,34cm y de 12,03 quilates. El valor inicial cuando Sotherby’s inició la subasta era de 35 millones. El precio final, demuestra cuánto interés suscitó.
Recientemente, en noviembre de 2018, fue una pieza en rosa la que le quitó el récord. El «Pink Legacy» sacado a subasta por Christie’s, alcanzó la cifra de 50 millones de dólares ( unos 44,2 millones de euros). En esta ocasión, el comprador fue una afamada joyería estadounidense, Harry Winston, por lo que deducimos que volverá a salir a la venta. Los 19 quilates de color rosa tuvieron un coste de 2,6 millones por quilate.
Gracias a los avances tecnológicos, la aparición de nuevas minas y la competencia, el precio medio de un quilate está actualmente entre 2600 euros y 24000 euros, según su calidad.
Tradiciones e industria
Lo creas o no, la tradición de regalar un anillos con un diamante -un solitario- para un compromiso nupcial, es del siglo XX. Fue especialmente en los años 50 cuando las industrias de minería decidieron crear campañas publicitarias en Hollywood. La agencia Mad Med NW creo dos slogans para su cliente principal, la minera De Beers.
El primero de ellos: «Un diamante es para siempre«, apelando a la simbología del amor. El segundo, «El diamante es el mejor amigo de las mujeres«, representado por la icónica Marilyn Monroe. En ambos casos, la idea que fijaron en nuestra cabeza es que los diamantes son una buena inversión y para siempre.
Descubre en este enlace cuáles han sido los anillos de compromiso (con su diamante, claro) más caros de las historia.
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