Los japoneses son famosos en el ámbito laboral por su desempeño. Jornadas de huelga que consisten en trabajar de mas, una vida centrada en el trabajo y fenómenos como el «karoshi», la muerte por sobrecarga de trabajo. Viendo ejemplos como esos no es extrañar que, a raíz de la abdicación del emperador y la extensión de su periodo vacaciones, muchos japoneses no saben que hacer con sus 10 días libres.
Muchos japoneses no saben que hacer con 10 días libres de trabajo
Y es que la abdicación del emperador Akihito, seguida de la consecuente subida al trono del principe Naruhito, se une al periodo conocido como «Semana Dorada«, una festividad que abarca del 27 de abril al 6 de mayo (no incluídos). De modo que los trabajadores nipones han reunido 10 días libres consecutivos. Más de los que, aparentemente, son capaces de rellenar.
De modo que el país vive la pausa laboral más larga del año de forma inesperada. Algo que muchos trabajadores consideran incluso una locura. Y no es para menos, ya que la semana dorada supone que los niños no vayan al colegio, el cierre temporal de la mayoría de negocios así como el de la bolsa, los hospitales y la administraciones públicas.
Los viajes y desplazamientos se vuelven más caros
Por lo que el país está casi paralizado durante una semana completa. Algo que supone un problema ya que los trenes, aeropuertos y demás transportes estarán hasta arriba durante esas fechas, limitando los desplazamientos. Lo que lleva a muchos japoneses a no saber qué hacer con su tiempo.
Por otro lado, esta acumulación de festividades supone un bajón importante en los ingresos de los trabajadores que cobran por horas. Limitando su capacidad de consumir o irse de viaje durante este periodo. Por otro lado, la agencia de viajes líder en el país, JTB Corporation, ha realizado un informe sobre el impacto que tendrán estos días en el país.
La economía nipona podría resentirse
Concluyendo que «Aunque no se deteriorará, no se puede esperar que la economía se vea impulsada por la Semana Dorada. Durante 10 días festivos, la vida de los ciudadanos funcionará mal por el cierre a largo plazo de hospitales, bancos y oficinas gubernamentales«. Por lo que serán unas vacaciones agridulces para muchos nipones.
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