Cuando llegas a casa, coges tu vino favorito y te pones un poco, da igual como sujetes la copa. Pero si estás en una situación más formal como una boda o una comida de trabajo, la cosa cambia. Por eso a veces tienes que preguntarte si estás cogiendo mal tu copa de vino.
¿Cómo saber si estás cogiendo mal tu copa de vino?
Pero ¿cómo saber si estás cogiendo mal tu copa de vino? Bueno, hay tres posiciones que suelen ser la norma a la hora de coger la copa de vino. Sin embargo, las tres están mal.
Además, cogiendo correctamente la copa de vino conseguiremos sacar lo mejor de cada sorbo. Porque, según en qué posiciones, podemos calentar la copa y hacer que el líquido pierda calidad.
«El Gran Gatsby»
Como su denominación indica, en este caso agarramos la copa desde la parte que une el tallo y el cáliz. Utilizando toda la mano, como Leonardo DiCaprio en la famosa escena de «El Gran Gatsby» . Es una de las formas que más se ven, porque dan la impresión de elegante.
Aunque la realidad es otra. Porque lo que consigues agarrando la copa así es calentar el vino mientras dejas ver que, realmente, no sabes muy bien como sujetar la copa.
«La copa de Brandy»
Esta es fácilmente identificable, porque suele venir acompañada de un puro en la misma mano. Normalmente agarran así la copa de vino las personas más mayores o que quieren dar imagen de importancia, pero la realidad es justo la contraria.
¿En qué consiste esta «técnica»? En agarrar la copa de vino como si de un vaso bajo se tratase, sujetando el cáliz por debajo, como sujetando el cáliz. Una vez más, lo que conseguimos es tener un vino caliente en cuestión de minutos.
«El botellín de cerveza»
Sí, tú querías una cerveza, pero has acabado con una copa de vino en la mano. Y, como te da realmente igual, sujetas la copa de cualquier manera. En este caso, como si lo que estuvieras sosteniendo fuera un botellín de tu cerveza favorita.
Con dos dedos en la base del cáliz y otro apoyado en el lado contrario lo que vas a lograr es calentar el vino antes siquiera de que te de tiempo a terminarlo. Además, claro, de dejar patente que de vino sabes lo justo.
La forma correcta
Vale que parece extraño y que no es la forma más cómoda de sujetar un copa, pero es la mejor. ¿Por qué? Porque, por un lado, sujetando la copa únicamente por el tallo (no, no con el puño cerrado, con los dedos) dejarás claro que te sabes manejar en el terreno del vino.
Además, el vino permanecerá fresquito mientras te lo terminas, y, como añadido, no mancharás la copa. Algo muy fácil de hacer si te encuentras en una comida, cena o ambiente donde tus dedos puedan ensuciarse.
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