La vida eterna es algo con lo que humanos fantaseamos muy a menudo, es el tema de muchísimas películas y leyendas (como los vampiros). Sin embargo, y al menos por el momento, todavía no estamos ni cerca de conseguirlo. Aunque sí hay un animal inmortal en nuestro planeta, una «simple» medusa.
¿Cómo es posible que esta medusa sea un animal inmortal?
Estas medusas, más científicamente llamadas Turritopsis Nutricula, tienen una capacidad única en el mundo. Pueden revertir su ciclo vital. ¿Qué significa esto? Que tienen la capacidad de pasar de su estado adulto a su fase de pólipo. Es decir, pueden volver a convertirse en «niños» una vez son adultas.
Alargando su ciclo vital de forma indefinida, porque no tienen límite a la hora de llevar a cabo este proceso. Por lo que pueden crecer y «volver a la niñez» durante toda la eternidad.
La ciencia detrás de la inmortalidad
Esto es posible por una única razón. Todas sus células son capaces de «cambiar» cuando hace falta. Algo que permitiría a células del corazón convertirse en células musculares, óseas o del tipo que hicieran falta. Muy simplificado, este proceso permitiría crear las células necesarias para reiniciar el ciclo vital siempre que hiciera falta.
De forma que, cada X tiempo, la medusa se va «reciclando» hasta convertirse de nuevo en pólipo y empezar a volver a crecer hasta la madurez. Aunque el proceso no es nada sencillo. Ya que, para volver a su estado inmaduro, ha de ir «soltando lastre».
El proceso que crea al animal inmortal
Primero, esta medusa pierde la campana (la parte con forma de cúpula que vendría a ser «la cabeza») y los tentáculos. Tras lo cual, lo que queda de cuerpo cae hacia el suelo marino, donde el proceso continúa. Del cuerpo de la medusa surgen «brotes» que, pasado un tiempo, se convierten en clones de si mismos en forma de pólipos.
Estos pólipos se alimentan de los restos de la medusa y crecen de nuevo hasta convertirse en una medusa adulta. Aunque pese a que este proceso es posible en la naturaleza, donde se ha observado ha sido en un laboratorio con condiciones controladas.
Lo que no significa que no pueda pasar en el mar. Sin embargo, en un entorno salvaje hay que tener más variables en cuenta. Como la posibilidad de ser comidas por un depredador o otro animal de las profundidades marinas donde habitan en libertad.