Sonríe más a menudo
Un estudio científico elaborado en 2012 concluyó que los participantes que sonreían durante una actividad estresante tenían menos niveles de frecuencia cardíaca tras el desarrollo de la actividad, que aquellos participantes que no habían sonreído. Al parecer, sonreír «engaña» a tu cerebro y a tu cuerpo fingiendo un estado de calma.

