Has oído mil veces que deberías moverte más, que estar todo el día sentado no es bueno y que tu salud corre peligro. Y, seguramente, lo oigas otras mil veces más. ¿Por qué? Porque estar todo el día sentado es realmente malo para ti. ¿No te lo crees? Te explicamos lo que pasarte más de 8 horas al día en la silla te causa.
El corazón, lo que más sufre
Tu cuerpo se ve afectado por pasarte todo el día sentado, eso está claro. Aunque no todas las partes de tu cuerpo lo sufren igual. La que peor lo pasa es el corazón. Y eso es un problema, porque es el órgano más importante en el cuerpo.
Pasar más de 8 horas al día sentado y no compensarlo con actividad física y una buena dieta es coger todas las papeletas para, de cara al futuro, sufrir enfermedades y dolencias de carácter cardiovascular. Lo que se traduce en peor funcionamiento del corazón y, por consiguiente, menor energía en tu día a día.
Las piernas también salen mal paradas
Muy relacionado con esto están los problemas circulatorios que se derivan de pasarse el día sentado. Especialmente en la zona de las piernas, que son las que más sufren las consecuencias de la falta de actividad. Y es que estar todo el día sentado no ayuda en nada a mantener las piernas en forma.
Si además eres de los que se sientan con las piernas cruzadas, esto se podría acentuar más por la compresión que sufren los vasos sanguíneos.
Más de 8 horas al día en la silla te debilita
Tu musculatura, como es de esperar, también se resiente por este estilo de vida. Y es que, a menos que hagamos ejercicio adicional, pasarnos el día sentados hará que, poco a poco, vayamos perdiendo tono muscular.
La razón es que al no necesitar ninguna estabilización ni mantener el equilibro, los músculos que se encargan de eso van, con el tiempo, perdiendo fuerza por su falta de uso.
Camino asegurado al dolor de espalda
Otros de los grandes afectados por pasarse el día sentado son la espalda y el cuello. Algo que a priori tendría poco que ver con estar sentado se entiende rápidamente en cuanto somos conscientes de nuestra postura.
Porque, admitámoslo, en casi ninguna ocasión nos sentamos tan bien como deberíamos. Y eso, a la larga, nos causará dolores de espalda y cervicales que lo más probable es que nos arruinen el día.
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