Los científicos del Lawrence Livermore National Laboratory y la Carnegie Institution for Science están de enhorabuena, ¿el motivo? Han descubierto un nuevo tipo de oro. Aunque, por supuesto, no ha sido un descubrimiento casual, sino gracias a un experimento que estaban llevando a cabo.
Un nuevo tipo de oro
Porque, ya que el oro se emplea como estándar para los experimentos que tienen que ver con la presión de los materiales, ¿qué mejor que conocer al 100% su comportamiento?
Durante dicho experimento, se sometió a un fragmento del metal precioso a temperaturas y presiones extremas. Lo que consiguió que la organización de los átomos y la estructura del propio elemento cambiase. Dando lugar a un nuevo tipo de oro.
Calentaron el metal en cuestión de nanosegundos
Para conseguir esto, los investigadores expusieron al metal a un láser de alta energía y a ondas de Rayos X, lo que calentó el material de forma casi instantánea (en cuestión de nanosegundos) provocando que su estructura se adaptase al cambio.
Cambiando su estructura habitual «cúbica centrada», o «fcc«, (un cubo similar a un dado) por una más abierta centrada en el cuerpo, bcc. Estructura que, curiosamente, soporta peor las grandes presiones que la original.
Un cambio sorprendente
Algo que sorprendió a los propios investigadores, que esperaban encontrar una estructura más compacta y eficiente al ser sometida a altas presiones y temperaturas.
Produciéndose así un cambio similar al que sucede cuando fundimos oro y lo convertimos en oro líquido. Aunque, por desgracia, aún no se conoce completamente el proceso que sigue este mineral al cambiar de estructura. A pesar de ser algo tan «común» que se lleva a cabo a diario.
Una nueva dirección en la que experimentar
Sin embargo, con este descubrimiento, queda abierta la puerta para nuevos experimentos en esa dirección. Lo que podría suponer un avance importante a la hora de crear materiales que soporten temperaturas y presiones extremas.