A menudo nuestros entrenamientos se convierten en una rutina para cumplir con nuestro plan. Entras en la dinámica de ir al gimnasio dos veces por semana pero lo haces como un autómata. Si has dejado de entrenar al máximo, el rendimiento de tus entrenos cae en picado. De poco sirve que pagues esa cuota si no aprovechas cada entreno para dar lo mejor de ti.
A la hora de entrenar, es importante que lo hagas con esfuerzo y concentración. De lo contrario, no conseguirás resultados y perderás la motivación para seguir entrenando. Te damos algunos consejos que pueden ayudarte a sacar el máximo rendimiento de cada sesión.
Toma comidas pre entrenamiento
No es una buena idea entrenar con el estómago vacío. Tu cuerpo podría empezar a catabolizarse. Es decir, a alimentarse del propio organismo. Esto te impediría, por ejemplo, crear músculo. Tomar comidas previas al entrenamiento te ayuda de dos formas principalmente.
Po un lado, reduce el agotamiento de glucógeno muscular. Gracias a esto, tu músculo consumirá la nueva energía que le has aportado y no la que ya tienen almacenada. Por otro lado, reduce la descomposición de la proteína muscular generada durante el entrenamiento.
Entrena con un plan
No vayas al gimnasio a improvisar. Has de guardar un plan de entrenamiento que te asegure que cumples con todas las partes del cuerpo. Es muy importante entrenar de forma organizada para que, a lo largo del mes, todo el cuerpo haya sido entrenado.
Durante la ejecución, es fundamental que respetes los tiempos de descanso entre series. De este modo, consigues mantener el ritmo cardíaco estable y así rendir mejor.
Si necesitas ayuda, hay muchas apps que puedes instalarte para hacer tu plan de entrenamiento.
No olvides calentar antes
Ni se te ocurra llegar al gimnasio y ponerte a entrenar sin un calentamiento previo. Más allá del riesgo de lesiones, para que un entrenamiento rinda has de haber calentado antes. ¿Por qué?
Porque al calentar aumentas el volumen de flujo sanguíneo general y de la musculatura en particular. Esto supone que aumenta el volumen de oxígeno y mejora la eliminación de dióxido de carbono. Además, gracias al aumento del ritmo cardíaco y de la actividad pulmonar, mejorarás tu capacidad para utilizar el oxígeno durante el entrenamiento.
Ponte música energética
Venga, que nos has ido al gimnasio a hacer amigos. Ponte los cascos con una playlist bien movida y entrena con música. Aunque no seas consciente, cuando entrenas con música, alargas los entrenamientos y además los haces con más coordinación. Cuando hacemos ejercicio con música, retrasas la fatiga y mejoras el ritmo cardíaco, la respiración y la presión arterial.
Aparca el móvil
No te distraigas. Puedes estar 45 minutos sin mirar el teléfono. A cambio de eso, concéntrate en lo que estás haciendo. Pon el foco en tu ejercicio, en respirar cuando toca y en contar las pausas entre series. Si entrenas mientras lees mensajes de whtassap, no vas a estar concentrado. Así que, o bien lo dejas en la taquilla o bien lo pones en modo avión y te limitas a escuchar música.
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