El fotógrafo Will Burrad-Lucas aún no acaba de creérselo. Ha conseguido la fotografía de un leopardo de color negro, una especie que no se había vuelto a ver desde hace 100 años y que algunos consideraban extinguida.
El fotógrafo, especializado en fauna salvaje, se encontraba en un viaje a África, en Kenia. Según cuenta en su blog, en una noche bastante oscura vio acercarse lo que creyó que era una pantera. Para su sorpresa, cuando la luz de la luna llena impactó en el cuerpo del animal, descubrió que tenía manchas en la piel. Sin duda, era un leopardo negro.
Según ha contado el fotógrafo, el animal paseaba junto a otro, más grande, de color normal. Presumiblemente, su madre. Tras el análisis de los especialistas, todo indica que se trataría de una hembra, de entorno a un año de edad. En las fotografías de Burrad-Lucas, se aprecia cómo su protagonista está en posición de acecho.
La última vez que se fotografió un leopardo negro fue en 1909. La instantánea se tomó también en África, en Etiopía. Esa fotografía se conserva aún en el Museo Nacional de Historia de Washington DC.
La singularidad del leopardo negro es justo la contraria al albinismo. El color de su piel se debe a un exceso de pigmentación oscura. Lo que sucede con estos ejemplares es una variación genética.
Para el fotógrafo, de 35 años, esto es un sueño de infancia que se ha hecho realidad.