Actualmente vemos, día a día, montones de cosas con usos de los más curiosos y variados. Desde cajas para saber cuando dormir a casas que puedes construir tú mismo en poco más de ocho horas. Sin embargo, hay muchos objetos comunes con funciones que desconocías.
Hoy, desde Curiosify te enseñamos siete de estos objetos, algunos con aplicaciones más prácticas, otros con funciones más en desuso, pero seguro que todos te sorprenden.
El pompom que llevan los gorros de lana
Quien tenga un gorro de lana se lo habrá preguntado alguna vez. ¿Para qué sirve el pompom que llevo en la cabeza? Y, si bien podría parecer que es algo meramente estético, tiene un uso oculto. Y es que su origen viene de los marineros.
Estos lo usaban para evitar golpearse la cabeza. Ya que servía como «protección» adicional en entornos tan pequeños y angostos como los pasillos de los barcos, sobre todo los días más en los que el mar estaba más duro.
Cartones de leche y zumo
Cada mañana lo mismo, cuando vas a ponerle un poco de leche al café terminas limpiando leche de la encimera. No falla. Aunque, como casi todo en la vida, esto tiene explicación. Y no, no es por nuestra falta de coordinación al despertarnos (aunque también ayuda). La auténtica razón es que usamos mal el envase.
Mientras que la mayoría de nosotros acerca lo máximo posible el agujero en el cartón a la taza, los fabricantes pensaron justo lo contrario. De modo que simplemente dándole la vuelta al cartón nos evitaremos tener que limpiar leche todas las mañanas. Y por si no queda claro, os dejamos un vídeo explicativo.
La flecha junto al medidor de combustible
Este puede que sí sea un poco más conocido, o que incluso algunos lo hayáis descubierto por vosotros mismos. Sin embargo, no deja de ser curioso. Y es que la flecha que vemos junto al icono de la gasolina en los mandos de nuestro coche tiene significado propio.
Los fabricantes de coches, para evitar los despistes en las gasolineras, decidieron colocar esa flecha apuntando en la dirección donde se encuentra el depósito de combustible. De modo que, con un simple vistazo, puedes saber qué lado has de acercar al surtidor.
El bolsillo más pequeño de los vaqueros
Ese condenado bolsillo donde se te cuelan siempre monedas y billetes que después es casi imposible recuperar tiene una función más allá de la estética. Porque, aunque a veces se nos olvide, los pantalones vaqueros eran pantalones de trabajo.
Y ese diminuto bolsillo servía nada menos que para llevar el reloj de bolsillo, valga la redundancia. Relojes que, al llevar siempre una cadena eran fáciles de sacar del pequeño compartimento donde estaban protegidos.
Los reposacabezas del coche
Además de su función de seguridad para evitar que nos dañemos el cuello en caso de accidente, estas piezas tienen otra función en el coche. Aunque, por suerte, la mayoría de nosotros no tendrá que hacer mano de ella nunca.
Los fabricantes de coches usaron estos elementos de seguridad como una suerte de «martillo de emergencias«. ¿Cómo? Haciendo fácil su retirada, de este modo, en caso de quedar atrapado dentro del coche tras un accidente podremos retirarlos y tendremos a nuestras disposición dos barras de metal con las que romper las ventanillas.
Los márgenes de los cuadernos
Uno de los objetos comunes con funciones que desconocías más curiosas. Por un lado sirven para tener una zona de lectura más clara. Por otro lado sirven para dejar anotaciones (o dibujos en el caso de que nos aburramos). Aunque originalmente su propósito era uno bastante diferente.
Cuando se comenzaron a fabricar los cuadernos uno de los principales problemas a los que se enfrentaban era la conservación. Más concretamente, a mantenerlos alejados de ratas y otros roedores. Por eso, dejando un espacio en blanco antes de la zona de escritura, si estos animalillos conseguían mordisquear el cuaderno, la información estaría alejada de la zona mordisqueada.
La forma de las botellas de cerveza
Casi cualquier persona en el mundo es capaz de reconocer la característica forma de una botella de cerveza. La realidad es que esa forma tiene un propósito más allá de resultar atractiva a la vista o ser almacenada de la forma más eficiente posible.
El cuello de la botella se diseñó de esa forma tan peculiar para que fuese más cómodo agarrar la botella por ahí. ¿Por qué? Para evitar que, al agarrar la botella por la zona inferior, calentemos el contenido con las manos. De este modo tenemos una botella cómoda de agarrar y una cerveza fría.
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